Cúcuta - Norte de Santander
- juantobon91
- 19 abr 2016
- 1 Min. de lectura

Es la frontera más comercial de Colombia, aún hoy en que el vecino país tiene
dificultades económicas, que han mermado grandemente el desarrollo de la
región.
Es una ciudad pequeña o un municipio muy grande, arborizado, verde, amplio.
No hay una sola casa sin su ante-jardín o por lo menos un árbol que amortigüe un
poco el calor que sobrepasa los 28 grados centigrados.
Sus edificios son modernos, con diseños poco convencionales pero si muy
bonitos. Los centros comerciales estratégicamente ubicados son objeto de lindas
decoraciones. Sus vendedoras tratan con mucha amabilidad a los clientes.
La base de la economía es diversa: fábricas de zapatos, confecciones, gasolina de
contrabando y ventas informales de toda clase de productos. La comida es
variada, allí elaboran más de 15 clases de sopas. Las arepas son pequeñas y
gruesas con queso por dentro, las hacen fritas y asadas. Los pasteles de yuca son
una especialidad en la comida cucuteña así como el cabrito, el mute y las
hayacas.
Gozamos en este viaje de una gran oferta de vida nocturna, hay un sitio especial
que se llama EL MALECÓN. Allí encontramos bares, discotecas temáticas,
orquestas y variedad de grupos musicales para todos los gustos y todas las
edades. Es el paseo obligado de turistas y cucutoches como se hacen llamar
orgullosamente.
Los cucuteños son descendientes de los indios motilones raza guerrera, con un
color trigueño especial en su piel.
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