San Vicente de Chucurí - Santander
- juantobon91
- 24 mar 2016
- 2 Min. de lectura

Química o amor lo titula la gente, cosa rara a la que nadie escapa y une a las parejas más distintas, no sólo en su ser, sino en su procedencia.
Nuestro amigo Henry montañero rajado, por cosas de la vida encontró su medio limón en una niña chuquriceña (ese es el gentilicio), cuando se encontraban estudiando. Ella santandereana brava, mandona, de arranque, se contagió de la dulzura y relajo de nuestro amigo.
Total matrimonio en San Vicente, invitados de primera. Salimos en flota porque queríamos conocer. Bus grande cómodo de la empresa BOLIVARIANO. Duración del viaje hasta Bucaramanga 8 horas. Es poco lo que se conoce en bus. A las 6 de la mañana estábamos en el terminal de transporte, del cual quiero destacar su arquitectura, su alegría, sus ventas y la gran cantidad de gente y buses que fluye continuamente.
Una vez allí, compramos el pasaje para el pueblo donde se realizaría el matrimonio. Puntuales en la salida. No tanto en la llegada que sucedió tres horas más tarde, insólito para recorrer muy pocos kilómetros.
Nos desviamos a la derecha cuando llegamos a un sitio llamado LA VENTA, sobre la carretera que va a Barranca. Y empezó la dificultad. Es una zona húmeda y caliente clima tropical. Al preguntar porque tan cerca de la capital estaba la carretera en tan malas condiciones. CUESTIONES DE POLÍTICA fue la respuesta.
A lado y lado veíamos la fertilidad de esta tierra, toda clase de cultivos, de explotaciones, de microempresas agropecuarias. También tiendas muy concurridas. Tuvimos la oportunidad de comer pasteles de yuca deliciosos y tomar guarapo de maíz, típico de la región.
Llegamos a la cabecera municipal a eso de las 8 de la noche. ¡Sorpresa! Qué municipio tan bonito, bien trazado. Las casas y los negocios nos permitieron inferir que allí hay mucha plata y que la gente tiene un nivel de vida bastante bueno. Entendí por qué no quieren arreglar la carretera.
El matrimonio en la noche con pólvora y bandas costumbres de la región. La recepción en una finca con todas las de la ley.
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