Jardín - Antioquia
- juantobon91
- 2 mar 2016
- 2 Min. de lectura

En esta ocasión nos dirigimos a Jardín – Antioquia, donde encontramos un lugar hermoso, una iglesia monumental, un parque amplio y flores por montones. Sin duda es uno de los pueblos que caracterizan muy bien la cultura paisa y que con tan solo estar allí te da la sensación de frescura y conservación.
Empezamos la salida con un paseo en chiva, el cual nos da el recorrido por el pueblo, mientras que nos cuentan historias que nos hacen sentir este lugar como propio. Tres kilómetros más adelante, se encuentra ubicado el estadero Valdivia, un estadero con la pinta de una típica casa antiqueña pero con un toque de color, esplendor y elegancia; es como estar en tu propia casa, en medio de la naturaleza y con todas las comodidades.
Dimos un recorrido a caballo, el cual nos pareció espectacular, relajante y divertido. Almorzamos allí mismo, y después de muchas fotos, nos devolvimos al pueblo, donde nos dijeron que hay un lugar donde hacen los mejores dulces del Suroeste Antioqueño.
Llegamos a “Dulces del Jardín” donde nos encontramos con la gran sorpresa que su fama había llegado tan lejos, que el mismo papa Benedicto XVI, los había probado, y no solo eso, el mismo llamó a doña Mariela (la dueña del negocio) desde Italia, para felicitarla por tan exquisitos sabores.
Mientras escuchábamos la historia, vimos dos pergaminos, colgados en la pared, los cuales Doña Mariela aprecia como si valieran oro “Su santidad Benedicto XVI imparte de corazón la implorada Bendición Apostólica a Mariela Arango e invoca protección de la Santa Virgen María", los cuales están firmados por Monseñor Félix del Blanco Prieto, sacerdote español que oficia en el Ministerio de la Caridad del Vaticano. Sin ser nosotros fanáticos de la iglesia, no pudimos quedarnos con las ganas de probar los mismos dulces que el papa Benedicto XVI probó: café cubierto de chocolate, bocadillo de uchuva, arequipe y hasta trufas de chocolate; sin duda, delicioso.
Después de este gran paseo, nos devolvimos a nuestras casas con una gran historia que contar y dulces para repartir.
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